dilluns, 23 de novembre del 2015

El poder territorial de los nobles

Normalmente, cuando escuchamos la palabra Reconquista siempre nos viene a la mente la figura de Jaime I y de su entrada en Valencia el otoño de 1238, o la imagen de Blasco de Alagón, tan importante en el territorio castellonense. Pero, ¿qué suponía realmente la Reconquista?

No fue sólo el ataque y posterior subyugación del “infiel”, sino el inicio de un nuevo modelo de control y ordenamiento del territorio. Castillos, torres y caminos pasaban ahora a las manos de todos aquellos que se habían ganado el favor real acudiendo a la batalla: básicamente los nobles de la Corona y las órdenes militares. Estos fueron los herederos del que sería su propio futuro.

Podríamos nombrar a familias como los Montcada, los Pròxita, Centelles, etc., o la Orden de Montesa, heredera en parte del Temple, como los principales actores del nuevo espacio político, pero nos dejaríamos a muchos más. Todos ellos se convertirían en los señores del territorio castellonense.
  
Como pago por los servicios militares prestados al monarca, el noble adquiría un castillo −que muchas veces era musulmán−, en donde se establecía y ejercía su poder en un radio de control. Poco a poco, este noble tendía a aumentar su prestigio realizando casamientos ventajosos entre sus hijos, esperando poder ampliar su patrimonio y por tanto su área de influencia. Pero esto tenía sus inconvenientes, pues originaba conflictos entre diferentes familias nobles, que temían ver mermadas sus posesiones, desembocando muchas veces  en un conflicto armado.

En este sentido, el papel que juega la nobleza a la hora de administrar el espacio geográfico, es una labor crucial. Los señoríos serán lugares desde los que se ejercerá una enorme presión política como judicial. Historiadores como José Antonio Gómez Sanjuán hablaban de un antiguo señorío en esta tierra con la llegada de Raymundo de Alós, así como incluso posteriormente con Perot Sancho, no obstante el problema de origen radica en la fuente en la que son citados ambos personajes, ya que para muchos historiadores las trovas de Mossèn Jaume Febrer son apócrifas. Aunque, rompiendo una lanza a favor de Gómez Sanjuán, también es igual de cierto que en documentación anterior a la primera toma de Peníscola, los Alós ya aparecen como colaboradores en el proceso reconquistador.

El debate de si tuvimos o no un señorío medieval, o una especie del mismo, es una cuestión que debería tratarse en otro artículo. A nosotros lo que ciertamente más nos interesa en estos momentos, sería saber que familias pudieron estar interesadas en formar parte de la reconquista durante aquellas primeras fechas por nuestras tierras.

Es muy posible que algunos de los linajes que aparecen censados ya en los primeros años del siglo XIII, sean algunos de aquellos personajes que pondrían sus ojos en el interés de controlar este territorio.

En este sentido sería muy importante desviar nuestra atención en la localidad de Peníscola, pues recordemos que será en este municipio donde hasta el final de la Edad de Media, se dirigía y controlaba en cierta medida, muchos de los aspectos socioeconómicos que afectaban a la sociedad vinarocense.



David Gómez de Mora

diumenge, 13 de setembre del 2015

El turismo de aguas

El gusto por las aguas como espacio de relajación, es una actividad con unas raíces bastante hondas en nuestra cultura europea. Sabemos que las clases altas de las antiguas sociedades griegas y romanas, acogían con buenos ojos el placer de las termas, y las propiedades que podían aportar para el cutis o incluso la propia salud.

En nuestro país, será a partir del siglo XVIII cuando esta actividad comienza a tener seguidores, disparándose su influencia durante la centuria siguiente.
           
El nacimiento de una nueva burguesía que desea asemejarse y superar el modo de vida de la nobleza, permitirá que aficiones como ésta, comiencen a ser una demanda, que interesarán a quienes puedan acceder a la misma. Siendo en realidad un espacio desde el que se puede desempeñar una distracción, distintiva y que obviamente no estaba al alcance de todos.

Igualmente los estudios sobre las propiedades del agua comenzaban a incrementarse, tanto es así, que si tan siquiera salir de nuestra localidad, vemos como diferentes autores van tratando las propiedades saludables del agua..., ya incluso con anterioridad, es el caso del médico vinarocense Juan José López. Este tipo de aspectos interesarán notablemente a las clases altas, de ahí que no sea casual que el famoso Duque de Vendôme (y que como bien sabemos falleció en Vinaròs), llegó a interesarse por la presente en las montañas de Benassal. La calidad y demanda de este agua que ya se afirmaba que tenía propiedades curativas, ayudó a que se abriera un camino a mitad para poder comercializarla.

El interés por el turismo y consumo de agua con propiedades minerales será una constante que alcanzará cuotas ascendentes, generando un boom durante el siglo XIX. Este tipo de elementos lo veremos reflejado incluso en la medicina local, como sucede con la saga de los doctores Vizcarro, quienes se dedicarán entre sus muchas vías de investigación,  a las peculiaridades del agua, y los diferentes problemas de salud que comportaba la ingestión de bebidas alcohólicas, o los hábitos saludabes que ayudaban a disfrutar de una mejor calidad de vida.

Como decimos, la preocupación por este tipo de enclaves era una necesidad que se proyectaba en muchas ciudades. En nuestro caso sabemos como el turismo de aguas comienza a ganar sus adeptos en las zonas cercanas a Vinaròs, en una primera etapa, sus destinatarios eran gentes del ámbito nobiliario o bien posicionados, que a medida que fueron esparciéndose entre la nueva burguesía emergente, consiguió que se abrieran mucho más al público.

Balneario Miramar. Vinapedia

A poco más de cuarenta kilómetros de aquí estaba el balneario de Catí (vigente a día de hoy), el cual hasta entrada la primera mitad del siglo XX pertenecía al noble Barón de Casablanca. Del mismo modo, podríamos hablar de otros puntos que existían en el interior de Castellón, como en la zona de Tarragona, que atraían gentes de lugares muy lejanos. Poco a poco, este tipo de turismo fue dejando de ser elitista, y se construyeron diferentes estructuras que permitían una mayor acogida, cuya calidad dependería del precio que pagaba el usuario.

En el caso de Vinaròs será durante los inicios del siglo XX, concretamente en el año 1916, cuando se inauguraron los baños Miramar. En este caso las instalaciones eran asequibles, ya que por unos 20 céntimos de peseta la gente podía bañarse, así como incluso comprar un bono para quienes desearan acudir con mayor asiduidad.



David Gómez de Mora

dijous, 5 de març del 2015

Els benefactors del convent de Sant Francesc de Vinaròs

Sense cap mena de dubte un dels personatges més destacables de la societat vinarossenca del segle XVII serà Guillem Noguera i Andreu, un mercader burgès que passarà a ser conegut per la seva aportació com a benefactor de l'antic convent de Sant Francesc.

Rafels García ens diu que Guillem li va dir a la seva dona Isabel Navarro Oliver “joiosos nosaltres, que de la hisenda que ens ha donat el cel, no ens hem edificat cases sumptuoses per al nostre estatge, sinó per a Déu i per a habitació de sants” (39-40)

Els descendents d'aquest matrimoni entroncaran amb successius llinatges de la noblesa local d'aquesta terra, fenomen que li donarà una major importància a aquesta nissaga, i que comptarà amb un pes important en l'alta societat municipal entre aquest segle i els dos posteriors.

Només com a exemple cal citar que Guillem Noguera era besavi del militar Josep Carlos Esteller, el qual va aconseguir el cos del màrtir Sant Valent de la Arxiprestal. Sabem que l'escut d'armes que van col·locar en el convent pertany a una de les branques gallegues del llinatge dels “Nogueira”, motiu pel qual el blasó està partit en dues casernes en el que es pot apreciar al primer cuartell en camp d'or una noguera de sinople, mentres que al segon, en camp de plata hi ha deu calderes de sable, posades en tres, tres, tres i una.


Armes de los Nogueira (tienda-medieval.com)

Fins al moment desconeixem la genealogia de Guillem, doncs certament és que a ell se li tracta com mercader, en lloc de ciutadà noble, a més de que era oriünd de Lloret de Mar, cosa a priori difícil d'assimilar amb el llinatge gallec, i que passa a convertir-se en una qüestió que amb anterioritat ja ha estat plantejada per Santiago Roig (2008, 56), en el seu treball sobre el Molí de Noguera. Encara així, sempre queda oberta la possibilitat que aquest previament en arribar a Catalunya procedís d'aquest lloc, és per això que seria necessari intentar analitzar amb un major deteniment les arrels d'aquest personatge.

El que si sabem és que els “Nogueira” -gallecs-, d'acord als vells tractats heràldics, diuen que algunes de les seves branques són descendents de don Mendo Paes Nogueira, el qual va ser nebot de don Mendo Nogueira, i al seu torn cavaller templari a la fi del segle XI.
           

David Gómez de Mora