El
Medievo es sin lugar a dudas una de las etapas históricas menos
estudiadas de nuestro municipio, y que comienza a investigarse
gracias a nuestros autores locales de principios del siglo XX, en
este caso Rafels García y Borràs Jarque.
Respecto
al periodo de la reconquista cristiana, el primero nos dice lo
siguiente: “... trataron de alzarse en guerra; y reunidos en
gran número cerca de Vinaroz comenzaron sus correrías y algaradas
por los pueblos conquistados, hasta que cayeron sobre ellos las
fuerzas cristianas al mando del bravo capitán Alonso Andrés que
difundiendo el terror y espanto entre las filas agarenas, dejando el
suelo cubierto de cadáveres, entraron victoriosos en Peñíscola”.
Por otra parte, Borràs Jarque, nos ofrece un escenario más apacible
y próximo a la realidad, pues la “toma” de Peníscola, se
produce gracias a la rendición y entrega efectuada por los
musulmanes que habitaban la localidad del peñón. De ahí que la
intervención cristiana en esta zona, nada tuviera que ver con lo
relatado por Rafels García. En este sentido Borràs Jarque menciona
como “El Rei els doná fe conforme els rebia baix la seua
sobirania protecció, dixant-los viure dins de la llur llei i
costums, i confirmant-los els privilegis i llivertats que tenien”
(Borràs Jarque, 1929, 24).
Parece
razonable pensar que la población musulmana de este lugar no fue
expulsada ni masacrada, ya que después de la reconquista, tenemos
referencias que nos hablan de su presencia en este entorno, de modo
que el propio Borràs Jarque nos cuenta como Beuter relata una
revuelta de las gentes musulmanas que se encontraban instaladas en la
Peníscola cristiana. Por ello nuestro cronista nos aporta detalles
sobre el documento de dónde extrae esta información, concretamente
cuando al remitirse al citado Beuter, nos habla de una carta,
presente en el Archivo de la Orden de Montesa, en el libro de
poblaciones (folio 13), donde se describe este suceso y su posterior
apaciguamiento.
Aunque
no será hasta medio siglos después, cuando surge una vertiente
histórica más preocupada por intentar desmenuzar elementos
vinculados con la época musulmana en Vinaròs. Su precursor, sin
lugar a dudas será el prolífico historiador local, José Antonio
Gómez Sanjuán, quien en diversos artículos, fuera a través de la
prensa local o en revistas comarcales, impregnará un peculiar punto
de vista sobre cuestiones variopintas que atañen este periodo
histórico, es el caso del lugar que ocupó la primitiva alquería
musulmana o que aspecto ofrecía nuestro medio por aquellas fechas.
Evidentemente
José Antonio encendió la mecha sobre una temática que había
estado olvidada durante varias décadas, y que gracias a posteriores
eruditos de nuestro municipio, se fue divulgando y planteando desde
una perspectiva más rigurosa, especialmente en posteriores trabajos
de ámbito municipal (Miguel Ángel Baila o Arturo Oliver).
El
principal escollo con el que nuestros autores locales habrán de
lidiar en el momento de plantear la reconstrucción histórica de ese
antiguo Vinaròs, estribará en la ausencia de un registro
arqueológico en el casco antiguo de la población, ya que éste será
el que le de cierta rotundidad a las hipótesis que principalmente
irá formulando José Antonio.
Durante
estos días se ha escrito una nueva página en torno a dicha
cuestión, gracias al análisis efectuado sobre unos restos humanos
que se hallaron en la plaza parroquial. De ellos, lo más importante,
han sido sus resultados, por lo que se ha llegado a la conclusión de
que estos pertenecieron a una mujer, que de acorde al intervalo
cronológico atribuido, la situarían durante finales del siglo X –
principios del XI, es decir, una primera prueba fehaciente, que
vuelve a alimentar el interés por muchas hipótesis como teorías
que se han ido divulgando en cuanto al aspecto que por aquellas
fechas pudo tener la alquería musulmana de Beni-al-Arós, y de la
que nuestra nueva fundación cristiana, aprovechará tanto su
emplazamiento geográfico, como el mismo nombre con el que hoy
todavía la seguimos designando.
David
Gómez de Mora