dimarts, 1 d’octubre del 2013

La iglesia gótica y la Arciprestal

Aprovechando que durante estos meses se ha llevado a cabo la restauración de la principal iglesia de nuestra población, creemos necesario realizar un artículo en el que se plantea una cuestión, que en escasas ocasiones nos hemos preguntado, y que sirve a su vez para entender la historia de la iglesia Arciprestal, concretamente, a través de los materiales que en ella se pudieron aprovechar de edificios anteriores, como sería el caso de la desaparecida iglesia gótica. 
Esta temática, comienza a estudiarse aprincipios de los años ochenta, momento en el que vemos diversos artículos en nuestra prensa local, en los que varios historiadores debaten la forma y el lugar que hipotéticamente ocupó aquel templo primitivo.

Sabemos por ejemplo, que reutilizar partes de viejas iglesias, era algo habitual, que sucedía en la mayoría de municipios, puesto que las gentes apreciaban su valor artístico, así como a su vez, ello suponía un ahorro económico. Este será el caso del retablo que existía en la iglesia gótica y que acabará reutilizándose en la Arciprestal. Algo de lo que ya nos hablaba Rafels García a principios del siglo XX, y el cual desgraciadamente no llega a conservarse, debido a su destrucción tras el estallido de la Guerra Civil.
Pero, existen otras piezas, que algunos investigadores han destacado, como posiblemente pertenecientes a ese edificio antiguo. Algo que vemos en una representación de nuestro escudo municipal, y que se ubica en la bóveda de la primera capilla derecha de la Arciprestal, el cual, en su día el historiador Carlos Catalán, comentó que podría pertenecer al gótico del siglo XIV. Para nosotros este interrogante no está del todo claro, aunque por otro lado, debemos de reconocer que su diseño es bastante peculiar, como consecuencia de que la forma en la que se ilustra el ala abatida, junto con las cuatro plumas y su codo situado hacia la derecha, convierten esta pieza en una obra única, y que como bien indicó su autor, no debería descartarse y analizarse más detenidamente en un futuro.

Otros elementos que guardan un interés similar, son algunos de los detalles decorativos que existen en el acceso a la iglesia, es el caso de las cabezas de unos dragones, que nos recuerdan a otras que se enmarcan en cronologías que se adelantan al momento en el que se alza el nuevo templo, y que al igual que sucede con el escudo anterior, no dejan de ser cuestiones a tener en cuenta.
Pero, si queremos poner el ejemplo más popular y que a diferencia del resto, muchos han confirmado que está reaprovechado del edificio gótico, ese es la portada plateresca que existe en un lateral de la plazoleta de la capilla de la comunión.

En torno a dicha cuestión, el historiador Borràs Jarque nos señala en su crónica como ésta se aprovecha de la iglesia gótica, aunque por otro lado, autores como José Antonio Gómez Sanjuán, hacen reseña de ciertos aspectos que abogan por una línea contraria, algo que vemos reflejado en un escrito publicado en abril de 1985, cuando refiriéndose al origen de esta portada, añade lo siguiente: “de lo que tampoco dudamos es de que esta portada no es específicamente una puerta de iglesia. Los dos personajes, en los dos medallones circulares, ni son santos ni tienen por qué serlo. Los angelotes, contra lo que pudiera parecer, tampoco son indiscutiblemente elementos religiosos, antes bien son muy corrientemente localizables en arquitecturas profanas. Es, por lo tanto, una portada estructuralmente profana. ¿Cómo fue a parar a una iglesia?. Y precisamente a una iglesia que iba a demolerse en breve y para la que ya se recaudaban fondos entre la población... ¡Todo un contrasentido!”. 
Según la interpretación de Gómez Sanjuán, la portada podría no haber salido de la iglesia gótica. Lo cierto es que Borràs Jarque tampoco se apoya en ninguna referencia documental fiable, para realizar la tesis del aprovechamiento desde otro tempo religioso.

Es cierto que si profundizamos en su aspecto, apreciamos que en el supuesto de que fuese un acceso como el que siempre se le ha atribuido, éste era de un tamaño no muy grande. Si a ello le sumamos que incluso la decoración es idéntica a la que tenemos en una fachada de la calle San Juan, en donde aparecen los mismos medallones y unos ángeles de traza muy similar, nacen pues cuestiones más controvertidas, acerca de cual podría haber sido su origen. Del mismo modo, para aquellos que deseen romper una lanza a favor de Borràs Jarque, es igual de factible pensar que esa portada nada tendría que ver con otro edificio, que no fuese la antigua iglesia, debido a que dichas piezas se pudieron ejecutar en un mismo marco cronológico, lo que explicaría por qué guardan ese parecido sin la necesidad de albergar una misma procedencia.
Dicho esto, vemos como a día de hoy siguen existiendo múltiples teorías, algunas de las cuales parecen no tener una respuesta clara, y que debemos seguir planteándonos, para así entender o diferenciar, cuales fueron los elementos, que verdaderamente pudieron aprovecharse tras la construcción de la Arciprestal.

En la izquierda: medallones y ángeles de la portada plateresca; en la derecha: la misma decoración en los ventanales de la calle San Juan.

David Gómez de Mora